viernes, 18 de marzo de 2011

Misterio



Palabras que esperan cobrar vida desangran en los labios, sin conocer el mundo;
palabras que gritan en silencio, desesperadas.
Verdades que mueren por ser oídas y se suicidan ante la mentira de su propia existencia.

Espacio lejano, realidad vaga;
desconcierto, un enfoque que no se ajusta a ninguna imagen.
Todo es difuso.

Obstáculo, no es mas que una excusa inepta
buscando no aceptar la propia limitación.
Tratamos de ver, explorar;
queremos conquistar esos terrenos aun vírgenes,
sabiendo que no hay fuera de nosotros mas nada
que un enorme océano de olas salvajes
que azotan sin piedad y nos recuerdan
no somos mas que aquella pequeña gota de agua.
Insignificantes, imposibles.


Vivir para buscar la verdad, morir para encontrarla.
Destino inevitable. Somos misterio, y jamas habrá respuesta que valga.
Dolor, deseo y locura; de eso trata la vida.
Nadie escapa cuando la sed implora a gritos, insaciada por nuestra miserable proporción,
reclamando ese inmensidad que aguarda  indomable. imponente por nosotros.

No hay lugar para la duda en una cabeza sana;
no hay salida  ni descanso para el corazón inquieto y apasionado.
Sumergiéndonos en nuestro  llanto, queriendo engañar los sentidos con la sal de nuestras aguas internas, 
no somos mas que la contradicción que resume la existencia toda.
Somos ambos lados de un limite absoluto. 
Somos finitos, e infinitos a la vez;
porque algún día seremos todo, y  así también, no seremos nada.


La realidad se regocija constante, dinámica y eterna,
siempre tan lejana y observadora,
ajena e indiferente;
guiada por su orgullo sabiendo que sin nosotros, si hay ella.
Así aguarda, segura, que nos devoren para siempre las rapaces olas,
y no seamos mas que un leve recuerdo de la existencia efímera, 
tras aquella lucha mortal de la cual ni el mas sabio sale victorioso.


Sofia

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